Blog > 5 cosas a las que tienes que decir adiós al final del verano
El verano ha llegado a su fin y es el momento de volver a la rutina y a los quehaceres del día a día. Decimos adiós a las vacaciones, al buen tiempo, a la cervecita en la terraza, a la tarde de playa y a… estas 5 cosas que ya han cumplido su función.
Confiésalo, ¿cuántos años tiene tu maleta? ¿10? ¿15?
Si está en perfectas condiciones, genial, pero si no… es el momento de cambiarla.
A veces intentamos apurar demasiado cuando se nos ha roto una de las dos cremalleras o cuando está golpeada en alguna parte. Pero imagina que estás en medio de las próximas vacaciones y se te rompe la maleta… ¡menudo lío!
Si tu maleta ya ha viajado mucho, lo mejor es cambiarla por una nueva.
Ha llegado el momento de guardar la ropa de verano y dar paso al otoño. Es lo que nosotros llamamos el temido cambio de armario y con él doblar y guardar toda la ropa de verano.
Aprovecha para guardar sólo la ropa que te pones. Si este verano no te lo has puesto, el verano que viene seguramente tampoco, así que es hora de decirle adiós.
Si la ropa está en buen estado, siempre puedes darle una nueva vida y donarla. Si no está bien, lo mejor es que la tires o que hagas paños de cocina con ella.
Lo mismo pasa con los bañadores y los biquinis. En muchas ocasiones, las gomas de los bañadores ceden. Si es tu caso, no lo pienses, hay que deshacerse de ello.
Con los zapatos de verano pasa como con la ropa. Si tienes zapatos en el armario, que no te has puesto en todo el verano, ha llegado el momento de despedirse de ellos.
Las sandalias que sí que te has puesto y con las que has caminado todo el verano, seguramente también tengas que retirarlas.
Y de igual manera ocurre con las chanclas o flip flops. La suela de este tipo de calzado no suele durar mucho… así que revísalas bien y si no se pueden aprovechar, di bye bye.
Lo importante es que sólo guardes aquello que realmente te pones y realmente está en buen estado.
¿Para que ocupar espacio con ropa vieja, rota o desgastada?
Los accesorios de verano con el calor, el roce y el sol se suelen desgastar mucho más rápido que los de invierno.
Si las gafas de sol están ralladas, tus sombreros se han deformado un poco y las pulseras de abalorios se han descolorido, no lo guardes. El verano que viene no te lo querrás poner y habrá estado cogiendo polvo durante un año en el armario.
Guardar la crema solar a medio gastar de un año para otro es un error que hemos cometido todos.
Pero lo cierto es que la crema solar tiene una caducidad de 12 meses. Por lo que es probable que el año que viene no te sirva.
Si no sueles usar crema solar en invierno, es mejor que la tires.
Los muebles de exterior tienden a estropearse mucho antes que los de interior. Al estar a la intemperie sufren mucho y se necesitan renovar cada menos tiempo.
Por eso, es mejor que antes de guardarlos, revises el estado de cada uno de ellos y sólo guardes lo que de verdad está en buen estado.
De igual manera, es tontería que guardes las velas de jardín que están a punto de acabarse o los farolillos de papel.
A no ser de que los farolillos de papel los empaquetes muy bien, el año que viene estarán demasiado arrugados, ya que se habrán quedado los pliegues marcados.
Las fundas del sofá y de la cama en verano se lavan mucho más. Entre el calor y que suelen ser colores blancos o claros, es más fácil que la ropa de cama o sofá se deteriore antes.
En verano solemos coger varios malos hábitos que tenemos que abandonar cuando se acaban las vacaciones.
Los helados a media tarde, la cervecita diaria en la terraza, el picoteo por ahí…
Es hora de volver a la rutina alimenticia.
Así que ya sabes, no te hagas el remolón o la remolona y deshazte de todo lo que no necesitas.
2 Comments
Pues sí, un montón de cosas a las que más vale decir adiós… para llenarlo de nuevas cosas, claro :-).
¡Claro que sí! Siempre que sean cosas que necesitamos 😛