Blog > Cómo lavar tus prendas de lana en casa
En plena temporada de ropa de invierno, no es de extrañar que predominen las prendas de lana. Son cómodas, cálidas y reconfortantes, aunque como muchos ya saben, igualmente difícil a la hora de mantenerlas.
Cuidar con esmero la ropa no es sólo sinónimo de pulcritud, sino una garantía de durabilidad. Por este motivo, muchas personas se esfuerzan sobremanera porque sus prendas de lana luzcan perfectas y sin ápice de desgaste, pero ante las problemáticas que este tejido entraña, otras tantas personas desisten contratando los servicios de tintorerías o simplemente resignándose a llevar prendas de lana visiblemente estropeadas.
No obstante, y como el saber no ocupa lugar, presentamos, a continuación, algunos consejos para aquellas personas que decidan aventurarse en el cuidado casero de la ropa de lana, recomendando métodos de lavado y cuidados que seguro supondrán una ayuda.
La lana es una fibra de procedencia fundamentalmente ovina, muy utilizada en la industria textil para la confección de ropa y menaje del hogar entre otros. Debido a sus características, es muy útil para preservar el calor corporal, pero a diferencia de lo que aparenta a simple vista, sus fibras no son lisas, sino que se superponen de forma espigada.
Son estas espigas las responsables de que el uso de agua caliente, productos de lavados agresivos o incluso el frotar las prendas durante el lavado, encojan y deformen los productos elaborados con lana. De ahí que sea tan necesario tomar medidas preventivas antes, durante y después del lavado.
Lo primero a tener en cuenta es que la lana no se puede lavar muy a menudo, ya que como se viene diciendo contribuye al desgaste del material. Lo preferible es airear la lana y solamente lavarla cuando se manche o desprenda mal olor.
En caso de proceder al lavado, es preciso tomar las siguientes consideraciones:
Para lavar lana a mano, es preciso utilizar productos específicos para prendas delicadas y agua fría, no caliente, ya que de otro modo el tejido encogería, además de intentar no frotar. En caso de querer eliminar una mancha, habría que dar pequeños toquecitos con un cepillo con cerdas suaves.
Para lavar este tejido en la lavadora, la principal recomendación es seleccionar el programa de lavado adecuado. Las lavadoras de hoy en día cuentan con programas para prendas delicadas, pero en el caso de aparatos antiguos o con pocas prestaciones, bastaría con seleccionar un programa corto y con agua que no exceda los 30ºC.
En el caso de lavadoras modernas, es preciso concretar que muchas cuentan ya con certificado internacional de suavidad lavado tras lavado, sería el caso de la denominada lavadora con certificación Woolmark, por lo que basta seleccionar el programa en base a las recomendaciones del fabricante y simplemente preocuparse por utilizar productos aptos para la lana: detergentes suaves sin cloro y, bajo ningún concepto suavizante, ya que la composición de la lana no lo tolera.
Una vez finalizado el ciclo de lavado, se debe escurrir bien la prenda, pero sin estrujarla, y extenderla sobre una toalla dispuesta en una superficie plana. De este modo, se prescinde de pinzas que dejen marcas o de colgar en perchas que provoquen que el tejido se deforme como resultado del peso adquirido por el agua absorbida.
Al secarse sobre plano, la lana queda lisa, pero en caso de querer planchar, se deberá planchar a temperaturas inferiores a 110ºC procurando que la lana esté todavía un poco húmeda.